En esta ocasión Lanvin me hizo sentir en un recorrido por las calles de Paris en los años 40, con el toque de distinción propio de la casa. Vestidos, blusas y abrigos con el sello característico de Elbaz fueron el elemento principal de la colección. Una propuesta sobria y con ausencia de color, resaltada por joyas geométricas y tocados de plumas inspirados en la cultura étnica.